El sacerdote Leandro Bonin a Elonce destacó “la gran bondad, amabilidad y solidaridad del Padre Cacho” y ponderó “la forma en la que ayudaba a quienes lo necesitaban gracias a su vocación”. “Él era de Santa Fe, nació en una familia católica y toda su vida estuvo marcada por el Evangelio; incluso siendo laico, trabajaba como catequista, es decir que siempre tuvo esa inclinación por las personas que vivían en los barrios más pobres y carenciados”, repasó el religioso al referirse a la figura del Padre Cacho.
Y continuó: “En su adolescencia y juventud, trabajó pastoralmente como laico, mientras se desempeñaba en áreas provinciales vinculadas a la Economía y la Contabilidad. Hasta que surgió el llamado de Dios para ser sacerdote y finalmente se consagrará como sacerdote en la Diócesis de Gualeguaychú, donde también fue capellán de la cárcel. Luego fue llamado como asesor del gobierno provincial y una vez que finaliza ese periodo, viene a vivir a Paraná”.
“Lo que caracterizará al Padre Cacho era la devoción por San Expedito: primero con una imagen prestada y luego con la movida para reunir los fondos para comprar la nueva imagen, que es la que está en la capilla y la transformó en un centro de peregrinación”, sintetizó Bonin.
Este año, al ser el décimo aniversario del fallecimiento del Padre Cacho, habrá una misa a las 18 en la capilla San Martín de Porres. (Elonce)