Nacionales Ex secretaria de Ambiente

Picolotti afirmó que “Botnia tiene y tendrá consecuencias ambientales, es inevitable”

La ex secretaria de Ambiente de la Nación destacó que “el estoicismo de la gente de Gualeguaychú es admirable”. Por otra parte, Picolotti consideró “que el gobierno asumió su responsabilidad” en el conflicto por la pastera con
En su primera entrevista tras la salida del Gobierno, la ambientalista negó las críticas en su contra y dijo que la causa de su renuncia fue que “se cumplió un ciclo”.
Asumió su cargo como secretaria de Ambiente el 27 de junio de 2006, convocada por el entonces presidente, Néstor Kirchner, luego de asesorar a la Cancillería en el conflicto con Uruguay por la instalación de la pastera Botnia.
Dejó su puesto en diciembre de 2008, en medio de críticas y denuncias que motivaron una investigación penal.

Se llama Romina Picolotti, es abogada, cordobesa y comenzó a hacerse conocida como especialista en ecología tras fundar el Cedha (Centro de Derechos Humanos y Ambiente), con sede en Córdoba, y cuyo director actual es su esposo, Jorge Daniel Taillant. Accedió a la primera entrevista tras su salida del gobierno con la condición de que se realizara por correo electrónico.
"Mi salida fue reflejada de un modo erróneo por algunos medios. Simplemente se cumplió un ciclo", señaló a La Voz del Interior, e insistió con tratar sólo temas ambientales.

–¿Aún puede tener consecuencias para la salud de los argentinos la papelera Botnia? ¿Cree que Uruguay debería reubicar la planta? ¿Cómo se debería llevar adelante esa pelea?
–Argentina y Uruguay somos dos países hermanos y Botnia es una empresa finlandesa. Cuando uno comparte un recurso hídrico de la importancia del río Uruguay, se debe consensuar su utilización porque la irresponsabilidad ambiental puede ocasionar daños para todas las partes. Es esto lo que establece el Estatuto del Río Uruguay. El estoicismo de la gente de Gualeguaychú es admirable. Botnia tiene y tendrá consecuencias ambientales, es inevitable, es una de las fábricas de celulosa más grandes del mundo instalada en un lugar donde no hay industrias radicadas. Permanecerá allí operando en principio por los próximos 40 años. Desde la Secretaria desarrollamos y pusimos en marcha un plan de vigilancia ambiental. Desde Cancillería se llevó el caso ante la Corte de la Haya. Considero que el gobierno asumió su responsabilidad.

–¿Qué tan preocupante es el desmonte por la sojización en Argentina?
–El rol del Estado, en cualquier actividad de la economía, es velar para que la misma contribuya al desarrollo sostenible. Desde la Secretaría de Ambiente calculamos el pasivo ambiental de este monocultivo. Las principales consecuencias en nuestro país son: desertificación, contaminación de aguas superficiales, incremento de las emisiones de GEIs (gases de efecto invernadero), pérdida de nuestro bosque nativo y expulsión de determinados habitantes de la tierra hacia los cinturones de pobreza urbanos. Solamente la campana de soja 2007/2008 motivó 170 mil hectáreas de deforestación, es decir que en un año perdimos 170 mil hectáreas de bosques para sembrar soja. Esto implicó una perdida para el país en servicios ambientales equivalente a U$S 658.920.000. Y en suelo perdimos el equivalente a U$S 1.136.573.820. Esta pérdida se debe fundamentalmente a erosión y exportación de nutrientes. Sin hablar de los casi 200 millones de litros de glifosato o los 55.000.000.000 m3 de agua que se precisaron. No se trata de tomar posiciones extremas ni antagónicas, sino de contribuir entre todos a construir un país social y ambientalmente más justo.

–¿Por qué es tan complicado reglamentar la ley de bosques?
–Uno de los éxitos de la gestión fue la aprobación de esa ley. Fue un debate rico y arduo. Hoy la Argentina cuenta con una ley modelo en el mundo, que establece un fondo de compensación económica por la no tala de bosque nativo. Desde la Secretaría trabajamos junto a la sociedad civil por esta ley y la logramos. Avanzamos en los primeros pasos de su aplicación, declaramos una prohibición absoluta en las autorizaciones de desmontes hasta tanto se termine y apruebe los ordenamientos de las provincias y financiamos la elaboración de estos ordenamientos. Logramos bajar considerablemente la tasa de desmontes. El desafío ahora es la conformación y distribución del fondo.

–¿Por qué es tan difícil limpiar el Riachuelo?
–La primera vez que la Corte Suprema sentenció sobre la limpieza del Riachuelo fue en 1871. El presidente Sarmiento lo consideró una de sus prioridades. El Riachuelo se viene contaminando sin descanso durante más de 150 años. Cuando asumí en la Secretaria no había ninguna gestión de saneamiento por parte del gobierno federal. En la Cuenca Matanza Riachuelo habitan aproximadamente 7.000.000 de personas, el 35 por ciento tiene necesidades básicas insatisfechas. Es el problema socio ambiental más importante y urgente de la Argentina. Elaboramos un plan de saneamiento para los próximos 20 años, con objetivos, acciones y plazos. En estos dos años hicimos cloacas, redes de agua, obras para prevenir inundaciones, limpiamos basurales a cielo abierto, registramos e inspeccionamos todas las industrias... Para lograr su saneamiento simplemente hay que seguir trabajando en la línea trazada, con un gran compromiso de los gobiernos y también de la población.

La política
–¿Cómo fue la experiencia de tener, de repente, una responsabilidad política de tal magnitud?
–Todos aquellos que podamos aportar a la construcción de un país mejor tenemos la obligación de hacerlo. Este deber se agrava cuando uno es graduado de la universidad pública. Para mí fue una gran sorpresa pues yo no provenía de la política. Mi compromiso fue colaborar, y eso fue lo que hicimos, con aciertos y errores. Aprendí sobre todo a respetar más a las personas abocadas a la defensa del interés publico, hay gente muy buena fuera y dentro del gobierno.

–¿Que opina de su salida del gobierno?
–Se dijeron muchas mentiras: que yo había contratado a cientos de amigos y parientes. No contrate a ningún amigo, sólo llevé al gobierno seis personas de mi extrema confianza, totalmente idóneas, honestas, trabajadoras y comprometidas con la preservación del planeta. Era mi equipo primario de trabajo, sólo contraté a un pariente que trabaja conmigo hace años y con quien fundé Cedha. También se aludió a dinero que yo había transferido a Córdoba. Por supuesto que trabajamos intensamente con Córdoba. ¿Cómo voy a desconocer mi lugar de origen? Trabajamos con varios municipios; también transferimos dinero al municipio de la ciudad de Córdoba para la limpieza de basurales y la recuperación del parque Sarmiento. Los basurales se limpiaron. Sin embargo, a las tareas de recuperación del parque el municipio no las inició, por lo tanto solicitamos que se nos devolviera el dinero. Yo misma vine a cerciorarme de ello. Así fue: el municipio nos devolvió cada centavo que no se utilizó, como corresponde. También se dijo que Cedha recibió financiamiento de la Secretaria. Jamás recibió financiamiento alguno.

–¿Qué proyectos piensa encarar a partir de ahora?
–Continuaré defendiendo el planeta en el marco de mis posibilidades. Es posible que retome la enseñanza en el exterior. Seguiré colaborando ad honorem con Cedha. Pero por sobre todo seré mamá. Han sido dos años y medio de una gran ausencia en casa. Fuente: La Voz del Interior.
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